viernes, 28 de marzo de 2008

LOS BESOS DE UN AMIGO, de Rosa Montero

"...En sus cuarenta y cinco años de existencia había convivido con varios hombres, se había desvivido por unos cuantos más y al cabo había decidido dejar de hacerles caso. Digamos que había llegado a la certidumbre de que el el amor era algo de lo uno puede prescindir para vivir. Mejor dicho: había descubierto que prescindir del amor era justamente lo que le permitía vivir. Esta solución o más o menos drástica no se le había ocurrido únicamente a ella. En realidad había visto que varios de sus conocidos negociaban sus existencia de ese modo. Eran personas que tenían muchas actividades y muchos amigos: salían, entraban, via.jaban. Pero en el horizonte de sus vidas ni siquiera despuntaba la inquietud amorosa. Nunca les preguntó - el algo tan privado - cómo se las arreglaban con sus cuerpos; esto es, si la piel no les exigía el contacto con otra piel ajena; y si en la soledad de sus camas, de madrugada, no se hubieran dejado matar en ocasiones por un beso en los labios. Pero nol, parecían arreglárselas muy bien; y estaban serenos, mucho más serenos, que aquellos que aún no habían claudicado. Claro que no hay nada más sereno que un cadáver: el rigor mortis proporciona una tranquilidad definitiva. Tal vez el malentendido resida en creer que la vida puede ser serenidad..."

(del cuento "Los besos de un amigo", del libro "Amantes y Enemigos", de Rosa Montero)
EL AMOR ES UNA MENTIRA PERO FUNCIONAl

jueves, 27 de marzo de 2008

ME GUSTA, NO ME GUSTA, por Alain Robbe-Grillet

Me gusta la vida. No me gusta la muerte.
Sin embargo, me gusta bastante lo que se mantiene inmóvil (me gustan los gatos, no me gustan los perros).
Me gusta la sensación de eternidad, las viejas casas de provincia con decorado inmutable.

No me gusta el teléfono. No me gustan los autos. Me gustan los largos viajes: París-Bucarest, Nueva York-Los Angeles, Estambul-Teherán.

Me gusta también caminar, en las calles o en el campo. Me gustan los otoños húmedos y dulces, las hojas negras relucientes de lluvia, sobre las espesas y esponjosas alfombras de los caminos.

No me gusta el ruido. No me gusta la agitación.
Me gustan las voces lindas. Detesto los gritos.
Me gustan las multitudes alegres. No me gusta lo que les gusta a las multitudes.
Me gustan los días en que me siento más inteligente, más agudo. Me gusta aprender. Me gusta enseñar.
No me gusta dar una conferencia después de una buena comida. Me gusta el vino tinto. No me gusta el whisky. Me gusta el idioma francés.
Me gusta la vida. Me gusta la literatura.

No me gusta... No me gusta pensar en lo que no me gusta.
Me gustaba la voz de Roland Barthes.
Me gusta lo lindo. No me gusta demasiado la moda de lo feo.

Me gusta decir lo que pienso, sobre todo si no se dice. No me gustan los militantes, cualquiera sea su tendencia.
Me gusta conocer la regla. No me gusta respetarla.
Me gusta lo que es chico. Me gustan las calles de Nueva York, los grandes paisajes del oeste estadounidense. No me gustan las grandes palabras.
Me gusta comprender. Me gusta analizar las cosas. Me gusta conocer las teorías, literarias o científicas.
Me gusta la libertad. No me gusta el derroche. No me gusta la ensalada periodística.

Amo a mi papá y a mi mamá. Desconfío de los psicoanalistas.
Me gusta mucho irritar a la gente, pero no me gusta que me jodan.

El escritor y cineasta Alain Robbe-Grillet, autor de Las gomas (1953), En el laberinto (1959) y Por una nueva novela (1963), entre muchas otras obras, murió el lunes pasado de una crisis cardíaca. Este texto inédito, escrito en 1981, fue publicado en la revista Magazine Littéraire Nº 402, octubre de 2001.


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martes, 11 de marzo de 2008

NOVELA FAMILIAR, de Mirta Núñez

Todos somos primos. Pero todos contamos distinta la historia de nuestros abuelos. Y cada cual está convencido de que la recuerda tal cual fue. Ninguno miente. Cada cual cuenta su novela familiar, según la recuerda y según se la contaron sus padres.



Mirta Núñez
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domingo, 9 de marzo de 2008

MURIO UN ALCOHOLICO, por Mirta Núñez

Murió un alcohólico. Nadie fue al entierro.
La familia ya la había perdido hacía rato.
Sus amigos del bar, se quedaron allí bebiendo para olvidar la pena que les provocaba su partida.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

Tedean laudeamuz (TE ALABAMOS DIOSA), por Tatiana Lobo

Tedean laudeamuz (te alabamos diosa)
Tatiana Lobo

Agradezco ser un animal, porque los hombres han puesto en peligro la supervivencia del planeta.
Agradezco ser hembra, porque el hombre no es el centro del universo, sino apenas un eslabón más en la cadena de la vida.
Agradezco que me digan que soy irracional, porque la razón ha conducido a los peores actos de barbarie.
Agradezco no haber inventado la tecnología, porque la tecnología ha envenenado el agua y el ozono.
Agradezco que me hayan colocado más cerca de la naturaleza, porque nunca estaré sola.
Agradezco que me hayan confinado al hogar y a la familia, porque puedo hacer de toda la Tierra mi hogar y mi familia.
Estoy feliz de que me llamen ama de casa, porque puedo apoderarme de la mía.
Estoy feliz de no ser competitiva, porque entonces seré solidaria.
Estoy feliz de ser el reposo del guerrero, porque puedo cortarle el pelo mientras duerme.
Estoy feliz de que me hayan excluido del campo de batalla, porque la muerte no me es indiferente.
Estoy feliz de haber sido excluida del poder porque lejos del poder me alejo de la ambición y la codicia.
Estoy feliz de que me hayan excluido del arte y la ciencia, porque los puedo inventar de nuevo.
Me agrada saber que mi cerebro es más pequeño que el cerebro del hombre, porque entonces mi cerebro cabe en todas partes.
Me agrada que me digan que carezco de lógica, porque entonces puedo crear una lógica menos fría y más vital.
Me agrada que me digan que soy vanidosa, porque puedo mirarme al espejo sin sentirme culpable.
Me agrada que me digan que soy emocional, porque puedo llorar y reír a gusto.
Me agrada que me digan que soy histérica, porque entonces puedo lanzar los platos a la cabeza de quien intenta hacerme daño.
Me gusta que me llamen bruja, porque entonces puedo cambiar la dirección de los vientos a mi favor.
Me gusta que me llamen demonio, porque puedo quemar el lecho donde me abusan.
Me gusta que me llamen puta, porque entonces puedo hacer el amor con quien me dé la gana.
Me gusta que me digan débil, porque me recuerdan que la unión hace la fuerza.
Me gusta que me digan chismosa, porque nada de lo humano me será ajeno.
Pero lo que más agradezco, lo que más me agrada, lo que más me gusta y lo que me hace más feliz, es que me digan loca,
porque entonces ninguna libertad me será negada.
Una y mil veces me quemó la Inquisición y aprendí a nacer de las cenizas.
Me encerraron en un harén y encerrada no dejé de reír.
Me pusieron un cinturón de castidad y adquirí las artes de un cerrajero.
Cargué fardos de leña y me hice fuerte.
Me pusieron velos en la cara y aprendí a mirar sin ser vista.
Me despertaron los niños a medianoche y aprendí a mantenerme en vigilia.
No me enviaron a la universidad y aprendí a pensar por mi cuenta.
Transporté cántaros de agua y supe mantener el equilibrio.
Me extirparon el clítoris y aprendí a gozar con todo el cuerpo.
Pasé días bordando y tejiendo y mis manos aprendieron a ser más exactas que las de un cirujano.
Segué trigo y coseché maíz, pero me quitaron la comida y con hambre aprendí a vivir.
Me sacrificaron a los dioses y a los hombres y volví a vivir.
Me golpearon y perdí los dientes y volví a vivir.
Me asesinaron y me ultrajaron y volví a vivir.
Me quitaron a mis hijos y en el llanto volví a la vida.
Con tanta fortaleza acumulada, con tantas habilidades y destrezas aprendidas, mujer, si lo intentas, puedes volver el mundo al revés.

Tatiana Lobo: Escritora nacida en Chile y nacionalizada costarricense.

sábado, 8 de marzo de 2008

LIMITES, por Mirta Núñez

La escena transcurre frente a la computadora de la abuela. Camila (7 años) está frente a un jueguito donde el personaje se mete un dedo en la nariz, se saca primero un moco y luego sigue sacando cosas: objetos, cosas grandes, que se supone se tragó y va eliminando por esa vía.

Su hermanito Felipe (3 años), me llama para mostrarme pícaramente lo que están viendo.

Evidentemente el personaje hizo una travesura para que le salgan semejantes objetos de la nariz.

Se da este diálogo:

FELIPE: - Mirta, ¿ esto transcurre en una casa, verdad?

MIRTA: (observando la imagen que tiene sillones, cuadros) - Sí, es en una casa.

FELIPE: - ¿ Y se puede saber dónde está el padre?

CAMILA: - El padre no está, si no, no le hubiera permitido que hiciera eso.

Cuando yo era chica, ese tipo de reflexiones las hacíamos por ejemplo frente a un libro de cuentos. Ahora las hacen observando un jueguito en la computadora. No importa cuál es le medio: lo importante es que se les provoque la necesidad de reflexionar, pensar y aprender.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar