martes, 24 de noviembre de 2009

Invictus, de William Ernest Henley

INVICTUS.


Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada

sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas
e ira yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años me encuentra,
y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
S
oy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley (uno de los poetas favoritos de Nelson Mandella).

viernes, 6 de noviembre de 2009

Frase de Confucio

"Si ya saber lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes".

Confucio (551 AC-478 AC) ,Filósofo chino.

viernes, 23 de octubre de 2009

¿COMO SERA? de Ana Márquez - poesía -

¿COMO SERA?


¿Cómo será?
eso de avanzar sin trabas,
alentada, que cada piedra,
en lugar de un sobresalto,
sea un adorno íntimo del paisaje.

¿Cómo será?
Enviar mi intención hacia ese músculo lejano
de mi feudo en eclipse y que se me ofrezca
vasallo y sumiso...
La piel despierta, por fin,
de su sarcófago sueño.

¿Cómo, cómo será?
Andar alegremente,
despreocupada,
abierta de brazos como un crucifijo
a lo venidero
como lo estoy a lo pasado...

¿Cómo será?
eso de avanzar sin trabas,
alentada, que cada piedra,
en lugar de un sobresalto,
sea un adorno íntimo del paisaje.

¿Cómo será?
Enviar mi intención hacia ese músculo lejano
de mi feudo en eclipse y que se me ofrezca
vasallo y sumiso...
La piel despierta, por fin,
de su sarcófago sueño.

¿Cómo? ¿Cómo demonios será?
Eso de ser feliz,

¿cómo será?

Ana Márquez (española)
http://coneltiempoenmisbrazos.blogspot.com/2009/10/como-sera.html

MADRE HAY UNA SOLA - humor -

# Madre hay una sola

- Hola mamá, ¿te puedo dejar a los niños esta noche?
- ¿Vas a salir?
- Sí
- ¿Con quién?
- Con un amigo
- No sé porqué te separaste de tu marido, es un hombre tan bueno...
- Yo no me separé, él me dejó, mamá.
- Tú dejaste que se fuera y ahora andas por ahí con cualquiera
- No ando con cualquiera, mamá. Bueno, te puedo dejar los niños?
- Yo jamás los dejé a Uds. para salir con alguien que no fuera tu padre.
- Hay muchas cosas que tú hiciste y yo no hago Mamá.
- ¿Qué me quieres decir?
- Nada, sólo quiero saber si te puedo llevar los niños.
- ¿Vas a quedarte a dormir con el otro? ¡Qué diría tu marido si se llega a enterar!
- Mi EX- MARIDO, ¡mamá! Y no creo que a él le preocupe, desde que nos separamos no debe haber dormido ni una sola noche solo. - Entonces te vas a quedar a dormir con ese vago.
-¡No es un vago!
- Un hombre que sale con una divorciada con hijos es un vago, y un vividor.
- No quiero discutir ¿te llevo los niños o no?
- Pobres criaturas, ¡con una madre así!
- ¿Así cómo?
- Con pajaritos en la cabeza, por eso te dejó tu marido.
- ¡Basta! - Y más encima me gritas, ¿seguramente a ese vago con el que sales también le gritas?
- ¿Ahora te preocupa el vago?
- ¿Viste que es un vago? Yo me di cuenta de inmediato.
- Ya… mejor te corto. - Espera, no cortes, ¿a qué hora me traes los niños?
- ¡No te los voy a llevar… porque no voy a salir!
- Pero, cómo... si no sales nunca..., ¿cómo piensas rehacer tu vida? ¿o pretendes quedarte sola el resto de la vida? Aló… ¿Aló? Más encima me corta…cualquiera desearía tener una madre tan comprensiva como yo… Ese es el dolor de ser madre .


martes, 20 de octubre de 2009

EL PERICON, de Carolina Aguirre


El pericón


Cuando mi prima tenía cinco años, le tocó bailar el pericón con un compañerito de jardín en el acto del veinticinco de mayo. Desde entonces quedó convencida de que ese nene, además de su compañero de baile, era su novio. La relación —unilateral y fantasiosa pero intensa— duró hasta la clase de música del año siguiente, cuando tuvo que bailar con otro chico y nos avisó que tenía un novio nuevo. Este segundo nene, por supuesto, tampoco se enteró de la relación.

En esa misma época, una amiga conoció a un tipo por chat. Se habían visto dos veces cuando él le dijo que estaba confundido y que necesitaba un tiempo. Ella se quedó a la espera, mientras él la ignoraba por facebook y le contestaba con monosílabos los emails. Al mismo tiempo, yo, su fiel amiga, padecía su monólogo interminable sobre el tipo todas las tardes en el teléfono. En nombre de la amistad —y ablandada por su llanto continuo y profuso— perdí horas preciosas analizando sus gestos, leyendo entre líneas sus e-mails, e incluso ayudándola a redactar las respuestas, hasta que un día no aguanté más y le dije que si volvía a hablar del tipo no volvía a atenderle el teléfono.

Es muy común que después de una ruptura amorosa una amiga necesite hablar. Incluso puede llorar sin decir nada durante horas, pedirte que vayas a tu casa, o instalarse en tu sillón con cuatro kilos de masas finas y una película. Es un hábito insufrible, es cierto, pero las mujeres tenemos la necesidad imperiosa, vital, de analizar y desmenuzar cada aspecto de la relación para poder hacer el duelo. Y como todas alguna vez le freímos el cerebro a una amiga, aunque la otra se ponga muy pero muy pesada, lo correcto es poner la oreja y aguantar.

Sin embargo, al menos para mí, el tiempo que se puede llamar llorando por un hombre es directamente proporcional al tiempo que estuvieron juntos. Puedo escuchar durante un año a alguien que se divorció después de una década o bancarme toda una semana a una amiga que salió unos meses con un tipo que le gustaba. Pero por dos o tres citas o dos conversaciones por internet, no soporto más de veinte minutos. A eso —a salir dos veces con alguien y hablar todo el día como si fueran novios— yo lo llamo “bailar el pericón”.

Las mujeres que bailan el pericón no caen una sola vez, sino que lo hacen todos los meses con un tipo distinto, después de un encuentro fortuito que siempre, pero siempre, les parece el puntapié de una relación para toda la vida. Conocen a alguien un sábado a la noche, charlan un rato, le dan el teléfono y desde el domingo a la mañana te empiezan a taladrar el cerebro con horas de conversación inverosímil, infundada y delirante sobre el futuro de la no-relación. “Me parece re dulce, porque me dijo que los domingos estaba con su familia”, “Yo creo que él necesita alguien que lo cuide porque se nota que está desprotegido”, “Yo no me voy a bancar que él se pase los fines de semana en el country. Haremos uno y uno o veremos. Pero va a tener que ceder, porque el fin de semana yo quiero hacer cosas” repite, durante toda la semana, obligándote a perder el tiempo hablando de una persona que ni siquiera sabe si va a volver a llamar.

Si llama, el asunto no mejora. Al contrario. En vez de calmarse, se ponen más ansiosas, más pesadas, más monotemáticas. De repente, le dejan de decir “el tipo que conocí el sábado” y empiezan a hablar de él usando el nombre de pila como si se conocieran hace mucho tiempo: “Ah, no sé si puedo ir el viernes, porque quizás hago algo con Juan” te explican, como si todos los fines de semana salieran juntos. O te cuentan que Juan es re ordenado cuando vos te quejás de que el tu novio es un roñoso impresentable, cuando en realidad, sólo vieron una foto del departamento del tipo por facebook. Esperan agazapadas, cualquier grieta en la conversación para empezar a hablar del muchacho de este mes hasta que sus oyentes le rezan a dios para que las deje sordas o le organice un accidente a ella en el que además de desmayarse, les amputen la lengua.

Y peor si el tipo no las registra. Este tipo de amigas te pueden hablar años de un hombre que no sabe que existen. Pueden obligarte —con sus ojos de perro abandonado— a interpretar las señales de su vestimenta (Vino re arreglado porque sabía que yo iba a ir), los errores de su Outlook Express (Si no quiere hablar conmigo ¿Para qué me incluyó en la cadena de mail? Es obvio que está buscando una forma de acercarse) o su indiferencia (Cuando yo paso siempre mira para otro lado, qué casualidad, como si tuviera que disimular).

Para no herir sus sentimientos, durante semanas —y a veces meses— una soporta estoicamente su cháchara llena de afirmaciones y flash forwards improbables cada vez más aburridos. De vez en cuando le damos un consejo: “No te apures, tomatelo con calma” fingiendo que temés por su bienestar cuando lo único que necesitamos es que nos deje de hacer perder el tiempo de nuevo.

Previsiblemente, este tipo de amistades solo tienen dos salidas. O soportás sus romances infantiles e unilaterales de princesa senil a expensas de tu tiempo libre y de tu familia, o les explicás que están bailando el pericón y que te tienen podrida. En el primer caso, te odiás a vos misma por haber perdido tanto tiempo teniendo la misma conversación con nombres distintos. En el segundo, ella se ofende y se va a bailar el pericón al teléfono de otra amiga. Yo, durante años elegí la primera. Me parecía poco noble no escuchar las penas de una amiga. Sin embargo, en este último tiempo, será que estoy más vieja o que tengo menos paciencia, ni bien me llaman y empiezan a bailar, ni las escucho ni les digo nada. Simplemente les apago la música.

Fuente: Bestiaria : relatos e imágenes de mujeres Weblog de Carolina Aguirre

sábado, 17 de octubre de 2009

viernes, 16 de octubre de 2009

Respeto, de Mario Rosen

R E S P E T O!!!!! En mi casa me enseñaron bien.Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:

Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.

Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a papá y mamá.Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de mamá, que nadie discutía... Ni siquiera papá. Astuta la vieja, porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza: “Ya van a ver cuando llegue papá”. Porque las mamás estaban en su casa. Porque todos los papás salían a trabajar... Porque había trabajo para todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.. No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto por la autoridad de papá (desde luego, otorgada y sostenida graciosamente por mi mamá) era razón suficiente para cumplir las reglas.Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían. Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas. Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse. De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia.Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran “lavarse las manos antes de sentarse a la mesa” o “escuchar cuando los mayores hablan”.Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias. Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera. Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas” mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente.La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible. El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había “travesuras” sin “castigo”, y una enorme cantidad de “reglas” que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un boludo, si me lo permite).El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba. Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "la impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad. En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad. Le explicaré: Justicia, porque “el que las hace las paga”. Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa. Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una“Tercera Regla” no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado. Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar.Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo. Eso es lo que nos arruinó. LA INSOLENCIA. Usted puede romper una regla -es su riesgo- pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes. La insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio.El mal de los Argentinos es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios:- Pretender saberlo todo- Tener razón hasta morir- No escuchar- Tú me importas, sólo si me sirves. La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin trabajo todos. Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar. PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas. Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel. Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla. Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada. Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa... Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío. Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.¿A USTED QUÉ LE PARECE? ¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE ?Espero no haber sido insolente. En ese caso, disculpe. Dr. Mario Rosen (¿Sería muy insolente si le pido que lo reenvíe?)

jueves, 8 de octubre de 2009

Lo primero que aprendí en la Facultad, por Mirta Núñez

LA JUSTICIA CUANDO LLEGA TARDE NO ES JUSTICIA

Nada más que esto quería decir.
Señor Juez: mis clientes no pueden esperar más.
¡ Haga algo y hágalo ya!
Pero por favor, antes de dictar sentencia, LEA TODO EL EXPEDIENTE.

Mirta Núñez (abogada)
www.mirta-nunez.com.ar

Corazón Libre (Merecedes Sosa, Rafael Amor)

domingo, 4 de octubre de 2009

sábado, 26 de septiembre de 2009

del autor de "El Principito"

“Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un trozo de agua”

Antoine de Saint-Exupery

Teatro: "Oruga" Bullying, de Alejo Beccar

jueves, 24 de septiembre de 2009

Cuerpos dolientes, por Mirta Núñez



¿Cuánto dolor puede soportar un ser humano en un período crítico de su vida?

¿Hasta dónde "el cuerpo aguanta"? ¿Cuándo empieza a gritar ese cuerpo lo que no se pudo gritar en palabras?

De pronto un infarto que estalla, una úlcera que se perfora, un pulmón que no permite fluir el aire, dan cuenta de la acumulación de dolores transitados.

Dolores-no-físicos, sino del alma.

Esos que empezaron en el alma y se pasaron al cuerpo. Se hicieron gráficos en el cuerpo. Hablaron a través de los órganos y sus funciones/disfuncionales se hicieron "para parar la pelota".

Si terminás en terapia intensiva o en un quirófano, cuando salís - si te salvaste - tenés una vida nueva y querés una vida nueva. Sabés que te salvaste para seguir viviendo, pero no igual, sino mejor. Porque no querés volver a la cercanía del túnel sino que querés salir al sol.

¿Qué tendrás que matar dentro tuyo para no morirte vos?
¿Qué tendrás que soltar dentro tuyo para poder andar vos?
¿De quién tendrás que separarte de tu entorno?
¿A quién deberías acercarte más?
¿A quién es indispensable que olvides, entierres, dejes partir?
¿A quién es preciso perdonar?

La vida siempre puede más, suele decir mi amiga Lucy - la estoica -

Y cuando la crisis se supera uno se pregunta cómo pudo soportar tantos años tal vínculo, tal malestar, tal situación que a fuerza de cotidiana se naturaliza aunque sea siniestra.

¿Hay salida? Sí, la hay si se la busca. Generalmente se encuentra por el mismo lugar donde se entró. Conviene buscar por allí.

Mirta Núñez
http://www.mirta-nunez.com.ar

domingo, 20 de septiembre de 2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

El frente del Liceo 9



La puerta del Liceo 9 ahora: tiene colores que no tenía, pero tiene rejas que antes no necesitábamos. Queda en Conesa y Sucre, a la vuelta de la Estación Belgrano R y después del Nacional Buenos Aires y el Carlos Pellegrini, es uno de los mejores colegios públicos.

Mirándolo bien, tiene un aspecto menos solemne que el de la paqueta Facultad de Derecho de la UBA de la que egresé años después, verdad?

Mirta Núñez, egresada 1975
www.mirta-nunez.com.ar

domingo, 13 de septiembre de 2009

Las cenizas de mi ex, por Mirta Núñez

El sábado se cumplieron seis años de la muerte de mi padre y contándole por mail a una amiga que vive en Estados Unidos, le decía que mi padre había pedido cremación y que para mí una de las cosas más difíciles de afrontar había sido recibir en mis manos la urna con las cenizas "calientes" y "el peso" (que al menos yo, sentí inmenso) que tenía esa urnita tan pequeña.

En mi fantasía las cenizas de un muerto eran algo casi etéreo que no pesaba nada.
Ignoraba también que cuando te entregan las cenizas las misma todavía están calientes.

Fue un impacto muy fuerte el que me causó la situación y ya le dije a mi madre que en lo posible no me haga el mismo pedido para ella, si me toca a mí tener que despedir sus restos algún día.
Aunque ahora ya sé que un cuerpo cremado "pesa" y que la urna bien se podría retirar al día siguiente, cuando ya esté fría. En fin...

Mi amiga me responde - como siempre, con un largo mail - y en una parte me escribe lo siguiente:

"Te he contado algo muy gracioso? En uno de mis viajes a Salt Lake City encontré en una tienda una urna que dice "Ashes of my Ex", (Cenizas de mi Ex) e inmediatamente la compré. Mis amigas quieren una igual pero nunca he vuelto a ver otra igual y en una de las últimas visitas de Raúl se me olvidó y no la guardé. Está en un librero que hay en la cocina y él se sentó justamente enfrente, sin comentarios."

Me tiento de risa de imaginarme la escena.Pobre hombre su ex, ver como adorno una urna con sus imaginarias cenizas. No, si los yankees las piensan todas.

Un asesor de marketing me diría que bien podría ofrecérselas en venta a mis clientas cuando se divorcian.¿Dónde me dijiste, Lupita, que la compraste?

Mirta Núñez

martes, 1 de septiembre de 2009

viernes, 28 de agosto de 2009

sábado, 8 de agosto de 2009

DIRECTORIO DE AVISOS PROFESIONALES ARGENTINOS


Si sos profesional, aquí tenés un Directorio GRATUITO donde anunciar tus actividades.
Todos los profesionales argentinos en un solo sitio.

LA EDAD Y LA FELICIDAD, André Gide



La edad no logra quitar a la voluptuosidad su atractivo ni al mundo entero su encanto.Al contrario, a los veinte años...estaba menos contento con la vida.Abrazaba más tímidamente, respiraba con menos fuerzo y me sentía menos amado.Cabe que me inclinara también a la melancolía: no había comprendido todavía la belleza superior de la felicidad.

André Gide

viernes, 7 de agosto de 2009

martes, 28 de julio de 2009

EQUIVOCADA (poesía)

Era un tiempo donde subía por el arcoiris

tenía la alegría instalada hasta en los botones de la blusa.

Creía que las rosas no se marchitaban nunca.

Pensaba que después de patalear , gritar y llorarla tristeza desaparecía.

Y que un día nadie en el mundo iba a sentir

el frío de la luna o el temblor en los ojos por los pájaros ahogados sin estrenar sus alas.

Hoy en la agenda lo primero que anoté fué :equivocada.


Graciela Wencelblat.

Enviada por mi amigo Miguel Candamil

sábado, 25 de julio de 2009

EL EXITO Y LA ENVIDIA, por Fabio Lacolla


EL EXITO Y LA ENVIDIA

El éxito es solo la mitad bonito
cuando no hay nadie que nos envidie
Norman Mailler

La envidia es desear que el otro no disfrute lo que tiene, es la tristeza ante el bien ajeno, no poder soportar que al prójimo le vaya bien y ambicionar sus goces y posesiones.El anhelo del envidioso es tener aquella que considera inalcanzable para él, ya que considera que las cosas tiene un plus de valor cuando están en manos de otro y, por eso, sufre.Suele buscar aliados para ir en contra de ese otro que no merece la posesión de sus bienes o atributos.

...

Lo que se envidia es la tenencia y no el ser; por lo tanto, la apariencia.Yo quiero lo que tiene el otro, pero no quiero ser el otro.El envidioso siempre quiere un fragmento, una parte; recorta del prójimo lo que considera bueno pero, obviamente, no envidia lo malo.
...

Es difícil ocultar la envidia, se nota en la mirada, en la entonación de voz, en el silencio.Para el filófoso polaco Leszek Kolakowski, la emoción de la envidia posee dos vertientes y ambas son específicamente humanas.
Una de estas vertientes puede expresarse con las palabras: "Yo quiero tenerlo lo mismo que tiene aquel"; la otra, en cambio, con la frase: "Yo no quiero que aquél tenga más que yo".

....

A diferencia del odio, que ya sea por ideología o por una simple evidencia está justificado y nadie se avergüenza de experimentarlo, la envidia trata de ocultarse.Si la envidia se percibe, no es porque el envidioso así lo quiera, sino porque lo que muestra o se descubre es muy a su pesar.
La envidia no daña al envidiado; en cambio, daña al propio envidioso.
No hay una envidia sana y otra enferma.El que rotula su envidia como sana es porque con ese rótulo supone un menor castigo divino por incurrir en un pecado capital.La envidia es más allá de los sujetos y por definición, pecaminosa.Quien admira lo hace sin la intención de desposeer al prójimo de algún atributo o logro cometido; en cambio, quien envidia encuentra en el fracaso el alimentos que sacia el hambre del envidioso.
El exito es la ocasión para despertar esa terrible sensación de carencia a la cual muchos envidiosos recurren, a mi gusto, porque les sobra el tiempo.


Fuente: El libro del éxito, de Fabio Lacolla (psicólogo)

EL MATRIMONIO, por Eduardo Cárdenas

Mi padre sabía qué hacer con un hijo adolescente, o creía que lo sabía; yo mismo creía saber qué era el matrimonio cuando me casé; actualmente, el matrimonio es más una aventura que una institución y tener un hijo adolescente significa no solamente coraje sino también dudas y perpejlidades.

Eduardo J. Cárdenas, ex Juez, abogado, "Amor y Justicia: un complicado matrimonio".





martes, 21 de julio de 2009

LA PAREJA EN CAIDA LIBRE, por Rolando Hanglin



Tengo una amiga llamada Nélida.
Mide 1,59 m. de alto y pesa 63 kilos. Tiene 41 años. Estuvo casada, hace mucho tiempo. No tiene hijos. Es una mujer inteligente y trabajadora, que se desempeña con éxito en una agencia de publicidad. No es gorda, pero no es flaca. No es vieja, pero no es joven. No es fea, pero no es linda. Es solamente una persona muy agradable, y una gran amiga de sus amigos. Vive sola en una casita sin jardín, en Vicente López.
Nélida pasaba largas noches aburridas, sobre todo los fines de semana. Casi todas sus amigas, bien o mal, habían logrado formar pareja. Otras tenían sus grupos de pertenencia: el tenis, la metafísica, el yoga, la canasta, el burato, las pandillas femeninas del viaje a Buzios o Angra dos Reis o Jamaica, o Merlo-San Luis.
En una noche desesperadamente vacía, Nélida hojeaba el diario en busca de algo, hasta que vio lo que sus ojos se negaban a ver desde hacía años. Servicios útiles para el hombre y la mujer. Corría el mes de diciembre y ella estaba recostada en enaguas, descalza, en el pequeño living de su pequeñísimo departamento.
¿Por qué no llamar a un boy, un escort, un masajista...un hombre?
Se avergonzó de su propio deseo. Algo que no le habría parecido correcto a mamá o a papá. Pero los pobres viejos descansaban en sus nichos de la Chacarita, y Nélida estaba sola, precisamente en esa noche del último mes del año, cuando se cumplían dos lustros desde que el último novio fallido le había dicho adiós.
Llamó, pues, a un oscuro número, donde una telefonista tenebrosa le tomó los datos.
- En treinta minutos, Alec estará con usted. Por favor, permítale usar el teléfono para su llamada de control.
Nélida estaba loca de excitación. Corrió a la ducha, se empapó en champú y acondicionador, se perfumó y entalcó llena de pudor, se envolvió en dos batas de toalla.
¿Y ahora, qué hacer?
Fue muy sencillo. A la hora exacta llegó Alec, un flaco de buena figura. La sonrisa suelta, el ademán espontáneo, le indicaron de inmediato que se trataba de un buen muchacho. Tenía 23 años. Ojos color miel, cabello castaño, cuerpo bronceado.
Nélida no tuvo que hacer mucha cosa, ya que el chico era ducho en su oficio. Con ternura y firmeza la condujo en una noche de sexo breve pero intensa, como ella no había vivido nunca en su vida. Luego, Nélida ofreció un whisky.
A medio vestir en el sillón del living, completaron aquella velada de verano charlando sobre mil cosas. Ella necesitaba una amistad, y él también. Así llegaron las seis de la mañana. Alec recibió llamadas en el celular, pero rechazó distintas citas de madrugada.
Desde entonces, Nélida y Alec se encuentran una noche, o dos, por semana. La primera vez, Nélida pagó 100 dólares. Luego nada. A veces hacen el amor, charlan, cocinan, miran la tele, hojean las revistas.
¿Son amigos? Sí.
¿Son novios? No.
¿Son pareja? No.
¿Son amantes? No y sí.
¿Son una patrona y su empleado? No.
¿Son sobrevivientes? Tal vez.
Nélida y Alec son dos seres humanos que flotan en la caída libre de la pareja humana. Habrá que ver si al final nos estrellamos contra el piso o volamos hasta el Más Allá del Humanismo. Por el momento, caemos solos en el vacío y de vez en cuando nos tomamos de la mano. Formando figuras geométricas, a la espera de que el maldito paracaídas se abra de una vez. Pero...¿Quién lo chequeó?
Nadie.

domingo, 19 de julio de 2009

POEMA de FERNANDO PESSOA

De todo quedaron tres cosas
la certeza de que estaba
siempre comenzando
la certeza de que debía seguir
y la certeza de que sería
interrumpido antes de terminar.
hacer de l interrumpción
un camino nuevo
hacer de la caída
un paso de danza
del miedo una escalera
del sueño un puente
de la búsqueda
un encuentro

Fernando Pessoa

PALABRAS PARA JULIA, PACO IBAÑEZ

LAS MALAS PALABRAS

Comprueban que decir malas palabras ayuda a tolerar el dolor.

¿Será por eso que los grandes escritores son todos sufrientes y autotorturados?
:-)

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

sábado, 18 de julio de 2009

POEMA, de Enrique Bossero

Hay que tener un oído para escuchar
y otro para dejar de escuchar
cuando la palabra ensucia
o la música confunde.
Y habrá que tener un tercer oído
para los mensajes sublimes
para esos que nunca llegan
y tal vez se encuentran
en un colector sin bordes
a la intemperie
a punto de estallar.

MIRAR BUENOS AIRES CON OJOS DE TURISTA, por Mirta Núñez


Cuando voy de vacaciones, llevo conmigo mi cámara de fotos y - como casi todos cuando viajamos - dejo registro de cada paisaje, cada edificio, cada parque, cada sol o lluvia que vi.

Sin embargo, durante gran parte del año,vivo en Buenos Aires, sin mirarla.

Un día se me ocurrió salir a observarla con ojos de turista, con mi cámara a cuestas.
Pasé una tarde en San Telmo caminando como si fuera extranjera, mirando y deteniéndome en cada reja, cada edificio, cada iglesia que me llamaba la atención y fotografiándolos.

Fue una bella experiencia.

Ahora que casi todos podemos acceder a una cámara digital y no genera ningún gasto sacar fotografías, por qué no dedicarnos un día a fotografiar nuestro barrio, nuestro parque, nuestro centro, nuestros edificios antiguos con sus cúpulas que jamás miramos aquí y que tanto alabamos cuando vamos a conocer otra ciudad, otro país?

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

martes, 14 de julio de 2009

¿POR QUE SE ESCRIBE?

Escribo para no estar huérfano.

Andrés Neuman, ganador del Premio Alfaguara por su obra "El viajero del siglo".

sábado, 11 de julio de 2009

miércoles, 8 de julio de 2009

LA PESTE, cuento sufi

Un sabio sentado en la cumbre de una montaña, ve– pasar una sombra y pregunta: ¿Quién eres? La sombra le contesta –Soy la peste-. ¿Adonde te diriges? -A matar mil personas de ese poblado-. Bueno, ve y mata. A los pocos días, el sabio se encuentra con un hombre y le pregunta ¿De donde vienes?


Huyo de aquel poblado que ha sido atacado por la peste y ha matado treinta mil personas- Bueno, ve y huye. A las pocas horas, vuelve a pasar la sombra y el sabio lo detiene. Oye tú, me has engañado, dijiste que matarías mil personas y has matado treinta mil. ¿Por qué? La peste le responde- No es cierto, yo solo maté mil personas, el resto….murió de miedo.-

CUENTO SUFI

domingo, 5 de julio de 2009

LLEGO LA GRIPE A A LA ARGENTINA, por Mirta Núñez


Llega la gripe A a la Argentina. No, la gripe A no existe, es un invento del gobierno.Te digo que sí, que existe, más allá de que Cristina se haya negado a postergar las elecciones como quería Ocaña, la Ministra de Salud y ahora estemos pagando las consecuencias.Usen alcohol gel, no se consigue.Te paso la receta, no es difícil fabricarlo en casa, claro que si la farmacia tiene los elementos necesarios.Usen barbijos.No, todos no, los infectados solamente.Claro, porque vos no viajás en el subte B a la hora pico con el aliento de la gente a 5 cm de tu boca.Yo quiero ponerme un barbijo cuando viajo.No se consigue.El que se consigue no sirve.El que sirve es el 3M que usan los médicos. Hay médicos que no tienen ni barbijos.Hay hospitales cerrados por falta de personal.
El personal está con licencia para cuidar a los chicos que no van al colegio.
Los consultorios externos no atienden, las cirugías programadas se desprograman, quedan funcionando sólo las guardias.Si fuiste a la guardia y tu gripe no era la A, posta que cuando volvés a tu casa ya la tenés.Te la contagiaste esperando.Llamá al médico a tu casa.No hay médico, no alcanzan los que hay.Cómo que no alcanzan, en un país donde tenemos un médico cada 200 habitantes.Mi médico dice que no le de importancia a esta gripe y que no me vacune.El mío se enfermó, se la agarró él de estar con los pacientes.Nos reíamos de los mexicanos llamándolos exagerados al cerrar el país diez días. Ahora estamos nosotros sin una política unificada, previniéndonos cada uno como puede, hiperinformándonos según me dice una amiga psicóloga, sin saber si es peligroso viajar en vacaciones de invierno, comer en un restaurant con amigos o simplemente ir a trabajar. "Ibamos a cenar afuera esta noche con mi marido y una pareja amiga, pero decidimos suspenderlo".¿Se reúnen en una casa? No, cada uno se queda en la suya.Recuerde que no hay que dar besos ni dar la mano.Salude de lejos, con un tontito.Eso sí, no se acostumbre.Cuando la peste se vaya, vuelva a besar a sus amigos, clientes, amores y amoríos, hijos, nietos y mascotas.No, ellas no se contagian ni te contagian.Lavate las manos diez veces al día.¿Diez veces? Sí, y si pueden ser veinte, mejor.Me voy a volver loca.Ah, y con jabón líquido no del común.El jabón líquido me seca la piel, mis manos se caen a pedazos de tanto jabón.Voy a usar el de glicerina.No, ese no sirve, me dicen. Recordá el gel alcohólico.Si, lo uso, pero me seca aún más las manos y si al rato me pongo crema se va el efecto del alcohol.No te toques la nariz, no te friegues los ojos, no te toques la boca, no te rasques la cara.Tus manos pueden ser un arma mortal.Mejor informate y dejar de decir pavadas.No, dejá de mirar los noticieros que están creados para sembrar el pánico.Esto es sólo en beneficio de los laboratorios.El Tamiflu de Roche se agotó.Ahora lo vamos a comprar a Uruguay. No vayas, dicen que ya no sirve más el Tamiflú, que ahora el virus mutó y responderá a otro medicamento.Los uruguayos nos miran con recelo: dicen que les estamos llevando el virus.Posiblemente tengan razón.Si fuera a la inversa, ya les hubiéramos dicho go home aunque sean rioplatenses.Tomá vitamina C.No, el Redoxon no porque se elimina gran parte por la orina. Tomá jugo de naranjas y comé kiwis. En la Farmacia también falta el Redoxon.Me vendieron la última caja de 30 que quedaba y me avisaron que no hay reposición.Le costó tanto al vendedor desprenderse de esa caja que por poco le pone sobre precio. La feria judicial se adelantó dos semanas.No, eso es lo que dicen ahora, yo tengo el dato que serán cuatro semanas.Tribunales cerrados hasta agosto.No hay clases, no hay justicia, no hay casi hospitales, no hay medicamentos, no hay artículos higiénicos.Si esto es una simple gripe, lo que será vivir en una país en guerra.
Sólo espero que esto no sea, como la novela de Paul Auster (genio total), "El país de las últimas cosas". Eso sí, si caés en cama en estos días, no te aconsejo que leas ahora.Es un bajón.
Pero te la recomiendo para cuando salgamos de esta.
Mirta Núñez

lunes, 29 de junio de 2009

VER EN EL HUMO, de Laura Yasan


hay hombres con los ojos llenos de candados
siempre cargan consigo algún secreto sórdido
una estampita de bordes carcomidos
y la foto borrosa de un amor sin retorno
los domingos la tienden como un mantel sobre el recuerdo
hacen su fiesta de un material sin brillo
fumando lentos
pueden ver en el humo el más fino detalle de ese rostro
ganar en el alcohol la melodía innata de los héroes
suspirar quebradito hasta la noche
de no ser por la yegua soledad que pide piel a gritos
y que le abran de una puta vez

ULTIMA CARTA DE RENE FAVALORO


(Del Dr.. René Favaloro/ julio 29-2000 - 14,30 horas)

Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces...
Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Guemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada). Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente. Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto. A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular. Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza)


Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto. ¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno! Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica. Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente). Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda. El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.

Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano. Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'. El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios! Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre. Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa. La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar.

Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos.. No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!. La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir 'no hay camas disponibles'. Nuestro juramento médico lo impide. Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica. En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando. Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta. ¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar. La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español! Sin duda la lucha ha sido muy desigual. El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse. Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al 'sistema'. Sí al retorno, sí al ana-ana. 'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que saben como hacerlo. 'Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado'. 'Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación' ¡Quién va a creer que yo no estoy enterado! En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer. Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. '¡La leyenda, la leyenda!' Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz. Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, hable de debilidad o valentía.El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad. Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así. En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta. En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.

A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.

Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.

Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.
Un abrazo a todos
René Favaloro


lunes, 22 de junio de 2009

TALLER DE ESCRITURA LA MALA ONDA

Leí en el diario una gacetilla de prensa que anunciaba un taller de escritura.
Mandé un mail pidiendo información (no indicaban página web).
Me respondieron con el C.V. de la persona que coordinaba el taller, los días y horarios disponibles y los barrios donde funcionaban los grupos.
Respondí agradeciendo la info y agregué que ninguno de los horarios los tenía libres.
La periodista/coordinadora del taller de escritura me respondió con re-mala-onda, por mail, diciéndome si yo sólo había escrito para comparar precios.
No llegué a enterarme cuánto cobraba porque primero quería saber quién dictaba el curso, dónde era y cuándo, de modo que aunque fuera gratuito yo no podía ir.
Me quedé pensando qué horrible debe ser aprender a escribir bajo la mirada de una mujer así.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

OTRA FINAL JUGADA, por Mirta Núñez

Germán acababa de terminar su primer relación de pareja, con quien había vivido intensamente todo lo que era capaz de dar.

Lo sintió como un fracaso.
Hasta que un amigo le dijo:

"Otra final jugada (ni ganada, ni perdida), otro partido más"

Y cuando se siente angustiado, trata de recordar que es sólo eso.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

domingo, 21 de junio de 2009

QUE BAJON

Este boletín parece la sección NECROLOGICAS de un diario.
Se mueren todos.Pero vuelvan.Ya encontrarán alguna buena noticia.

MSN


OTRA VEZ ME MUERO, por Fernando Peña

...y esta vez se murió de verdad, "el puto lindo", como le gustaba que lo llamen.

Elegí este artículo suyo para homenajearlo.
Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

Y otra vez el tomógrafo dándome instrucciones: “Respire”, “no respire”, “tome aire profundamente”, “respire”… para dentro de unas horas sentenciarme de vida o de muerte. Es realmente maravilloso estar acostado boca arriba mirando ese “bicho” enorme, ese aro que gira sin parar, esa turbinita indignante que chilla estridentemente, y luego las instrucciones para que uno respire o no respire. Y respiro y no respiro. Y aguanto la respiración, y respiro y no respiro y aguanto… y respiro otra vez. Es tan cómodo, una vez que uno se relaja, saber que no se puede hacer nada. Estoy con la aguja en la vena, me están pasando un líquido de contraste que me arde, que me quema, que me da náuseas, obedezco instrucciones, la camilla se mueve hacia adelante y hacia atrás, los ruidos son agresivos, los movimientos abruptos… mi cuerpo está en “boxes”. Es tan denigrante, tan humillante, que si obedeciera a mis instintos me arrancaría la aguja y saldría corriendo del lugar. Pero le voy a dar una chance más a la medicina y una menos a mí, que me prometí no someterme más a agresiones físicas y morales. Y digo una menos a mí porque no siento tanto respeto por mí al estar acostado preso de un tomógrafo operado por una señorita con cara de estar haciendo lo que tiene que hacer. Siento que estoy mendigándole a la vida o, lo que es peor, a un tomógrafo, como si el tomógrafo tuviera injerencia o pudiera tener piedad como para cambiar el resultado de lo que ve. Como si pudiera ponerme una buena nota o hacer la vista gorda al posible tumor o linfoma que podría llegar a tener. La sensación es espantosa, siento muy poco respeto por mi ser. Merezco morir como una rata rabiosa al salir del Instituto Alexander Fleming; me había prometido nunca más hacerme nada. Pasé un año entero regalando mi cuerpo a sesiones de quimioterapia. Sesiones que duraban cuatro días, sesiones que me dejaban acalambrado, dolorido, desganado, nauseabundo, pelado, blanco, verdoso, gordo, inflamado, morado. Mi aspecto era el de un sapo a punto de reventar. Pasé meses dificilísimos, porque además la certeza de que el tratamiento funcione no se la dan a uno de la noche a la mañana, sino que hay que dejar pasar por lo menos tres o cuatro sesiones hasta que un día entra el médico a la habitación y con una sonrisita de esperanza que es como la lucecita que dan las velitas que ponen flotando sobre el agua ahora en los restaurantes te dice tímidamente: “Bueno, afortunadamente el tumor es sensible a las drogas y está comportándose como esperábamos”. Recién ahí empecé a sentir que valía realmente la pena la agresión de meterme veneno por las venas todos los meses durante cuatro días seguidos. Y tampoco así fue fácil. La quimioterapia es veneno, y no es una metáfora, es veneno de verdad. Mata todo lo que toca, arrasa con todo sin distinción, destruye lo que sirve y lo que no sirve. Te come los huesos, los tejidos, te morfa entero. Te devora sin consideraciones ni contemplaciones. Recuerdo que uno de los medicamentos que me inyectaban tenía que estar envuelto en papel metálico tipo rollito Ben, el que usaba mi madre para cocinar cuando era chico, porque no podía estar expuesto a la luz del día. Recuerdo que cuando salía del Fleming, al cuarto día, vomitaba los veintiséis días restantes hasta tener que internarme nuevamente por otros cuatro días. Y así sucesivamente durante ocho meses seguidos. Envenenarme, salir, vomitar, acalambrarme, retorcerme, seguir mi vida como podía, internarme, envenenarme, salir, internarme, envenenarme, salir, vomitar… y todo esto sin parar. Ocho meses sin parar. Si paraba, me moría. Todo el proceso fue muy difícil. Recuerdo infinitas charlas con Pinky, una maestra en cáncer; Pinky debería dar clases en los hospitales. Gracias, Pinky querida. El tratamiento también te pudre psicológicamente. La gente me miraba el doble de lo que me mira ahora, me miraba no solamente por famoso sino porque es raro ver a un tipo sin pelo, sin cejas y verdeamarillo. El color del cáncer no es el negro, es el verdeamarillo, ese verdeamarillo premuerte, como el que tiene la papa. Verdeamarillo premuerte parece un nombre ridículo de esos que traen las cartillas de pinturas. La gente tampoco sabe cómo abordar el tema, algunas personas ni lo mencionan, otras se le atreven con torpeza, y otras te dan fuerzas y consejos que escucharon al pasar. También me llegaban a la radio recetas de sopas. Nunca olvidaré la receta de una señora que me recomendaba tomar una sopa de pescuezo de gallina con porotos, no sé cuántas cabezas de ajo, ají picante, jengibre, cartílago de no sé qué animal y otras miles de verduras mágicas. Una vez caminando por la calle Gascón rumbo a la Fundación Huésped otra señora que barría la vereda me invitó a su casa a desayunar. Los oyentes me mandaban datos de chamanes, de videntes, de curanderos. Me recomendaban clínicas en los Estados Unidos; creo que nunca en mi vida escuché tanto las palabras “Clínica Mayo”. Me llegaban cartas con miniaturas de crucifijos, imágenes de santos y de vírgenes, cintas de colores, medallitas e infinidad de fetiches. Gracias a todos. Gracias de verdad. Ya pasó. Todo eso ya pasó… Louise Hay pide que tengamos mucho cuidado al elegir las palabras que usamos para hablar de las enfermedades y cómo las encaramos. Yo tuve un linfoma no Hodgkin en el riñón izquierdo y pude destruirlo, vencerlo, derrotarlo, hacerme amigo, o curarme, como corno quiera Louise que le diga. Pasaron casi seis años y otra vez una manchita, algo que a mi oncólogo no le gusta, otra vez el miedo, no tanto a la muerte sino al dolor, a no poder vivir como quiero, a no estar del todo sano. Otra vez el desafío de juntar fuerzas, otra vez apoyarme en mis amigos, otra vez recurrir al método de contarlo para exorcizarlo. Otra vez concentrarme para que la cabeza me responda y no me juegue una mala pasada. ¿Otra vez?, ¿otra vez todo eso? Sí, otra vez. Otra vez porque me quedan cosas por hacer, otra vez porque soy un cagón, otra vez porque soy valiente también, otra vez porque soy gallego, otra vez porque tengo OSDE 450, otra vez porque me quiero, otra vez porque me odio, otra vez porque me mentí, otra vez me faltaré el respeto, otra vez lo haré, otra vez porque amo la vida, otra vez porque me encanta coquetear con la muerte, otra vez por Pinky, otra vez por el doctor Chacón, otra vez por mis oyentes, otra vez por los que no pueden acceder a estos tratamientos, otra vez por María, por mi novio, por mis amigos, por este trabajo de escribir, por el teatro, por Charly, por Maradona, por ver a Lanata en el Maipo, por el gordo Bergara Leumann, por mi perra Mono, por volver a almorzar con Mirtha, otra vez para escucharlo a Lalo, a Hanglin, a Víctor Hugo, a Dolina y a la Negra. Otra vez para volver a Broadway a ver teatro ahora que me dieron la visa para entrar a los Estados Unidos… Otra vez… Otra vez por todo eso y mucho más, y otra vez por muchísimo menos también, muchísimo menos, como por ejemplo comer un cuernito de grasa o tomar un whiskicito. Otra vez parece que me muero, otra vez trataré de no morirme, sí, otra vez, otra vez porque no hay más remedio, otra vez, otra vez… por mí…

jueves, 18 de junio de 2009

Q.E.P.D., por Mirta Núñez

¿Será verdad que si un hombre muere asesinado su alma sólo puede descansar en paz cuando se hace justicia con sus asesinos?

Si es así, amigo querido, descansá en paz.


Los que quitaron la vida fueron condenados a prisión perpetua.

MSN

martes, 16 de junio de 2009

CARTA DE AMOR

Esta Carta de Amor es la ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor que se realiza en España.

Estimada Cristina: Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar lacertificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR: - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.- La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.- La promesa de que yo sería el Único que besaría la constelación de pecas de tu pecho. - El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres. - Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:- Los silencios.- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.- El sabor acre de los insultos y reproches.- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él. - Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.- Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener. Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... objetos.
Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (........) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento. Afectuosamente, Roberto.

lunes, 8 de junio de 2009

HACE APENAS DIAS, de Hugo Mujica

HACE APENAS DÍAS

Hace apenas días murió mi padre,
hace apenas tanto.

Cayó sin peso,
como los párpados al llegar
la noche o una hoja
cuando el viento no arranca, acuna.

Hoy no es como otras lluvias
hoy llueve por vez primera
sobre el mármol de su tumba.

Bajo cada lluvia
podría ser yo quien yace, ahora lo sé,
ahora que he muerto en otro.

Hugo Mujica

domingo, 31 de mayo de 2009

CRISIS, por Mirta Núñez

Decime la verdad: ¿no estás harto de que cada vez que el país o el mundo están crisis, venga algún gurú a recordarte que en el anagrama chino crisis significa peligro más oportunidad?

Prefiero tener oportunidades.
No quiero vivir en el peligro.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

jueves, 28 de mayo de 2009

FRASE DE RYSZARD KAPUSCINSKI


Ryszard Kapuscinski

Hay un cierto egoísmo en lo que escribo, siempre quejándome del calor, el hambre o el dolor que siento, pero es terriblemente importante tener autentificado lo que escribo porque ha sido vivido.

miércoles, 27 de mayo de 2009

POEMA TERRIBLE RELACION MADRE-HIJO

Lo que yo digo que eres,
eso serás.
Lo que necesite,
me darás.
Cuando llore, serás malo.
Cuando ría, serás bueno.
Haré de tí lo que quiera,
pues eres mío; y
si no lo haces
no te querré más
y morirás:
por sin mí eres nadie.
...
- Ahora vete a dormir.
Mañana te daré más instrucciones,
Entendido?
- Sí
- Si, ¿ qué?
- Sí,...mamá.

(del libro "Hable: analizantes, analistas" (Mario Cingolani, Marcelo Peluffo)

lunes, 25 de mayo de 2009

HASTA SIEMPRE, MARIA AMELIA


Es conocida internacionalmente como "la abuela bloggera".
Tenía 95 años cuando su nieto le regaló un blog y lo escribió durante 880 días.
Acaba de morir a los 97 años, 880 días después de su primer post.
Gallega, republicana, vivió los últimos años de su vida fascinada con este medio de comunicación que le permitía expresar sus ideas y sus recuerdos.Miles y miles de lectores tuvo en todo el mundo. A los lectores nos llamaba "mis nietecillos".
Por eso le digo con profunda pena y gran admiración: ¡ HASTA SIEMPRE, MARIA AMELIA! ABUELA DE TANTA GENTE.
No dejen de entrar al blog: http://www.amis95.blogspot.com/
Ahora son los lectores quienes están escribiendo sus últimas palabras a ella.

Mirta Núñez
http://www.mirta-nunez.com.ar/

viernes, 22 de mayo de 2009

DEFINICION DE LOCURA

"La locura es una ausencia provisoria de uno mismo" .

Me pareció excelente esta definición. Es de Leopoldo María Panero, poeta español internado hace 30 años en manicomios.

martes, 19 de mayo de 2009

CORAZON CORAZA, Mario Benedetti

LOS AMIGOS

Los amigos
En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que ese sepa qué, por el camino.
Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas,
me espantan las moscas de los hábitos,
me aguantan que siga a flote en tanto remolino.
Los muertos hablan más, pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganando y lo perdido.
Así, un día en la barca de la sombra, de tanta ausencia abrigará mi pecho esta antigua ternura que los nombra.
Julio Cortázar

domingo, 17 de mayo de 2009

FALLECIO MARIO BENEDETTI


Así acabo de recibir la noticia por mail desde Montevideo, a través de mi amiga Lucy C.

Benedetti es uno de mis poetas preferidos. Por suerte tuvo una larga y productiva vida.

Hemos perdido a dos grandes poetas: Idea Vilariño y Mario Benedetti.

Mirta Núñez



URUGUAY
FALLECIO EL ESCRITOR URUGUAYO MARIO BENEDETTI


MONTEVIDEO, 17 (ANSA)- El poeta uruguayo Mario Benedetti, una de las figuras más relevantes y queridas de las letras de su país y de la literatura Iberoamericana, falleció hoy a los 88 años en Montevideo. Internado y dado de alta a principios de mayo, en su cuarta hospitalización en un año y medio, el anciano escritor no pudo sobreponerse y falleció este domingo en la capital uruguaya, a poco de cumplir 89 años en septiembre. Poeta, novelista, dramaturgo, ensayista y periodista, Benedetti es, junto a Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño y Eduardo Galeano referente de la cultura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX. Combinó durante su vida el amor por las letras con un compromiso humano, social y político que nunca abandonó y que le significó años de exilio durante la dictadura militar, a mediados de los 70.

Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno, los cinco nombres con que lo bautizaron sus padres Brenno Benedetti y Matilde Farugia, nació el 14 de septiembre de 1920 en un humilde hogar de Paso de los Toros, en el departamento de Tacuarembó. De salud frágil el último año y medio, en el que fue internado cuatro veces, su última aparición pública fue en diciembre de 2007 cuando fue distinguido por el presidente venezolano Hugo Chávez con la Orden Francisco de Miranda en un acto en Montevideo. Su primera obra -"La víspera indeleble", en 1945- fue el preludio de una prolífica labor intelectual que sumó más de 80 volúmenes entre poemas, novelas, cuentos y ensayos.

Radicado entre 1938 y 1941 en Buenos Aires, donde trabajó como taquígrafo en una editorial, su nombre comenzó a trascender más de una década después, en 1956, con "Poemas de oficina", donde retrató la vida del montevideano promedio: "Uruguay es la única oficina que ha conseguido el estado de República", escribió con tierna acidez. Su novela "La tregua", en 1960, marcó su consagración internacional: con más de 100 ediciones, traducida a 19 idiomas y llevada al cine -fue nominada al Oscar en 1975- marcó un antes y después en su proyección internacional. "Gracias por el fuego" (1965); "La borra del café" (1992) y "Andamios" (1996) se cuentan entre las novelas más destacadas del uruguayo, casado durante 60 años con Luz Lopez Alegre, cuya muerte en 2006 lo puso en la etapa final de su vida, frágil y establecido en su casa montevideana que ocupó hasta el final. Benedetti incursionó en los años 50 en el periodismo y ocupó tres veces la dirección literaria del semanario "Marcha", el más influyente del Uruguay y uno de los más reputados de América Latina, clausurado en 1974 por la dictadura militar. También colaboró en las revistas "Número"; "Marginalia", "Peloduro" y Brecha".

Sensible al contexto de conflictos político-sociales en su país y Latinoamérica, fundó en 1971 el movimiento izquierdista 26 de Marzo, que formó parte del Frente Amplio, la coalición de izquierda que por primera vez llegó al gobierno en 2004. Tras el golpe de 1973, fue perseguido por los militares y obligado a exiliarse, primero en Buenos Aires y luego Perú, Cuba y España, país que desde 1983 pasó a ser su lugar de residencia, alternada con períodos en Montevideo. El retorno a Uruguay abrió una nueva etapa en su vida, en la cual se reencontró con el afecto de sus compatriotas, y participó en actividades artísticas, como el recital "A dos voces" con su amigo, el cantante Daniel Viglietti. También el español Joan Manuel Serrat puso música a varios de sus poemas. La "Orden Félix Varela", en 1982 en Cuba, fue el primer reconocimiento internacional de una serie que cosechó, entre ellos los Premios Reina Sofía (1999); el Iberoamericano José Martí (2001) y el Internacional Menéndez Pelayo (2005). Benedetti recibió cinco doctorados Honoris Causa de Alicante, Valladolid, La Habana, Montevideo y el año pasado de la Universidad de Córdoba, Argentina, que subrayó la valía de un autor "donde se han reconocido y conmovido varias generaciones" y su aporte "relevante a la construcción de la historia cultural de nuestros países latinoamericanos".

El año pasado su salud sufrió un grave deterioro: en enero permaneció internado casi un mes en un sanatorio capitalino al que retornó en otras dos oportunidades igual que en abril de este año. En marzo de 2008 el escritor recibió en su domicilio el premio cultural ALBA, de la Alternativa Bolivariana de las Américas, mientras su estado de salud llevó a postergar la presentación de su obra, "Testigo de uno mismo", prevista para abril que se concretó en agosto aunque con el poeta ausente. En una breve entrevista, por correo electrónico, que concedió a fines del año pasado a la Asociación de la Prensa Extranjera Benedetti reivindicó a la poesía como su "género preferido" y aseguro que "la realidad siempre pesa sobre el autor". Benedetti señaló entonces sus preferencias por colegas como Premio Nobel de Letras José Saramago y Gabriel García Márquez, la nicaragüense Gioconda Belli, el argentino Juan Gelman y su compatriota Eduardo Galeano. (ANSA). 17/05/2009 21:57
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jueves, 14 de mayo de 2009

MAMI, LEEME UN CUENTO

Recuerdo que cuando era chica había un libro de cuentos que me encantaba.
Una y otra vez le pedía a mi madre que me lo leyera.
Se llamaba "Los siete gatos maravillosos" y empezaba hablando de doña Eutimia de Alcalá.

Vaya a saber cómo, en un momento de mi vida, nombré ese libro en terapia .Mi terapeuta sonrió, y me dijo que ese era el libro preferido de su hija cuando era chica y su hija es mucho más joven que yo.

¿Alguien lo leyó? ¿Alguien se acuerda del argumento?
Yo lo sabía de memoria en su momento, pero lo que me gustaba era que me lo leyera mi mamá.
Tiernos recuerdos de la infancia.Primeros acercamientos a la lectura.

Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar

EN ESTA CASA SIEMPRE HAY PLATA PARA LIBROS, por Ariel Torres

Cuando leí este artículo de Ariel Torres no pude evitar remontarme a mi propia infancia y recordar que había 3 cosas que no faltaban:
- Comida nutritiva ("porque estábamos creciendo")
- Asistencia médica (éramos social de una mutual que nos cubría el 100 % de todo).
- Libros, revistas educativas, enciclopedias que mi madre nos compraba en fascículos semanales interminables y que luego nadie leía porque eran 14 tomos de cientos de hojas, etc.
Recuerdo en especial la colección de literatura de Salvat, que eran 100 libros.Tengo los 100.Leí varios de ellos.No pasó lo mismo con La Enciclopedia de los Animales (enoooorme) que era para mi hermano.Diccionarios enciclopédicos, libros de cuento, libros de literatura.
Libros para el colegio.Nuevo o usado, jamás nos iba a faltar un libro.
Y no vengo de una familia de intelectuales, pero sí de padre que valoraban la educación y la lectura y me marcaron a fuego, al punto que todo lo que llega a mis manos lo leo.
Según mis edades, etapas, estudios, hobbies, etc. he ido variando de temas de lectura.
Pero un libro siempre es para mí el mejor regalo para hacer o recibir.
Mirta Núñez
http://www.mirta-nunez.com.ar/

Cuando mis padres lograron comprar su primera casa, el mensaje desde la comandancia general, es decir, mi madre, fue claro: "De ahora en más, no habrá dinero para lujos durante un tiempo bastante largo. Hay que pagar la casa". Hoy no puedo estar más agradecido con ese estilo acre, realista y transparente de manejar las finanzas familiares que tenía mi madre. Aunque fuéramos pequeños, nos informaba cómo y por qué la situación económica de ese año nos afectaba a todos en general y a mí y a mi hermano en particular, y qué decisiones se habían tomado en las altas esferas para capear el temporal o disfrutar de las ganancias.

También aprendí, sin sermones, que el dinero es sólo dinero, una parte en una ecuación. La otra es que el dinero no crece en los árboles, ganárselo cuesta bastante esfuerzo, y muchas veces no es el número en el billete lo que consigna su verdadero valor, sino lo que nos costó obtenerlo.

Creo que es gracias a la estricta, clara e inquebrantable conducta financiera de mi madre, aplicada a rajatabla desde que entramos en la escuela primaria, que pude luego administrar tanto la escasez como la dorada medianía de la que habló el poeta Horacio. Y hacerlo con la serenidad que ella me enseñó. Ahora que ya no está, no dejo de pensar en cuánto uno se queja de lo que los padres hacen, más sabios que uno, por nuestro bien. De manual

Sin embargo, la más importante de las lecciones acerca del dinero me la dio mi padre. Mientras estábamos pagando aquella casa, descubrí los libros. Peor todavía, un par de años después descubrí las librerías. Después dicen que el dinero no puede comprar la felicidad. Por favor. Qué frase hueca.

Había migrado de los juguetes a los libros, pero ambos tenían el mismo estigma: una etiqueta con un número precedido por el signo pesos. Ese número solía estar a varias unidades astronómicas de los vueltos con los que me autorizaban a quedarme por los servicios de ir al almacén o la panadería. O lo que ahorraba sacrificando las gaseosas, otra de las estrategias de mi madre para inculcarnos la cultura de ganarnos el dinero.

En fin, era una situación crítica. Los libros que más me gustaban eran totalmente inalcanzables. Esto me hizo sufrir algún tiempo, dándole vueltas al asunto, hasta que alguna obra particularmente atractiva de esas que por entonces me quitaban el sueño (dinosaurios, el sistema solar) me inspiró para poner en práctica una táctica que poco a poco iba depurando: pedirle plata a mi padre en lugar de acudir al oficial financiero de la familia. Sabía cuál iba a ser su respuesta, pero no perdía nada con intentarlo. Quería ese libro.
Me llevé una sorpresa, no obstante, y una lección para toda la vida. Un día, cuando llegó del trabajo, le planteé el problema; no era necesario que le explicara que solicitar dinero en la caja no era una opción en esos tiempos de vacas flacas. Quizá, no lo recuerdo, tampoco quería privarlo de la salida previsible: "Hablalo con tu madre". Pero me dijo otra cosa, muy diferente, muy inesperada: "Ariel, en esta casa siempre hay plata para libros". Unos días después me acompañó a comprar el libro. Felicidad pura.

Con el tiempo aprendí el verdadero alcance de aquella frase. Va más allá del placer de la lectura, e incluso más allá de los libros.
Supe también, esto es obvio, que incluso con la mejor de las voluntades a veces uno puede no tener el dinero para comprar cierto libro lujoso, y que para muchas personas el dilema no es alcanzar un volumen, sino una comida. Pero también es cierto que muchas de estas cosas las aprendí leyendo. En bibliotecas públicas, a menudo.

Y antes de que se me acuse de enciclopedista, fanático de la erudición o algo así, diré que he conocido gente muy sabia que no había leído ni medio libro, y gente verdaderamente siniestra con una cultura envidiable. Creo que la cultura es una forma de felicidad, no la sanación mágica de personalidades rotas, intelectos oxidados y espíritus superficiales. En esta nota que escribí para el lanzamiento de adnCultura hay una impresión bastante completa de lo que pienso al respecto:
www.lanacion.com.ar/933205 . Wikipedismo

El mensaje no dicho de aquella lección de mi padre era que el dinero que se va en libros es una inversión, no un gasto. Lo que no me dijo, posiblemente porque era demasiado chico para comprenderlo por completo, es que lo que desembolses en libros volverá multiplicado. Los motivos que he cosechado a lo largo de casi cuatro décadas son numerosos. Cuanto más leés, más te gusta leer. Cuanto más leés, más sabés, y cuanto más sabés, más preguntas te hacés. Te volvés curioso, y la curiosidad es como la fe, mueve montañas. Pocas fuerzas del intelecto son tan poderosas, y es alimento constante de la imaginación.

Al leer descubrís que el 99% de las ideas que se te ocurren ya las pensó alguien antes, y entonces te esforzás más. Así, tal vez, y sólo tal vez, aportes una buena idea a la sociedad, lo que te hará sentir orgulloso, pero no demasiado orgulloso, precisamente porque ahora sabés que otros aportaron docenas.
Cuanto más leés, más te das cuenta de que ciertas cosas que pasan hoy en tu vida, en tu barrio o en tu nación ya han acontecido millones de veces antes, y con esto te volvés autocrítico y crítico con tus colegas, tu entorno y tus representantes. Se te hace posible optar.

En este punto, poco importa el libro como objeto que uno atesora. Nos quejamos de que los chicos no leen, o que leen fragmentariamente y en la Web. Bueno, he descubierto un nuevo juego, casi un vicio, y es perfectamente compatible con aquel buen consejo que me dieron en la infancia. Por añadidura, no hace falta gastar un centavo, aunque los adultos tal vez debamos hacer un esfuerzo de otra índole.

Cuando vengo leyendo un artículo en la Wikipedia (
www.wikipedia.org ) y me encuentro con alguna palabra o concepto que no conozco, le doy clic con la ruedita y se abre el artículo correspondiente en una nueva pestaña. Es genial, como una enciclopedia de papel que no te obligara a levantarte de la silla para buscar el tomo 9, después el 3, luego el 12, y así. Es, digan lo que digan, perfecta. Una adicción anclada en la curiosidad. Luego de varias horas, el navegador tiene dos docenas de pestañas abiertas. Cada una de las cuales, desde luego, tiene nuevos links en azul de cosas que uno no sabe...
Igual de interesante o quizá más, uno empieza en Voltaire y termina, no sabe cómo, en las dimensiones de la corona solar, los tengu o demonios japoneses, los idiomas esquimales o la batalla de Verdún.
Hay dos problemas, sin embargo, que obstaculizan el camino para que los más chicos se suban a esta nueva forma de abrirse camino por las enciclopedias. Primero, hay más de 2,5 millones de artículos en la versión en inglés de Wikipedia, frente a los casi 400.000 en español. ¿Quiere que sus hijos lean, que no caigan en las garras de la ignorancia, estimular su curiosidad y sus infinitos bienes, que puedan en el futuro juzgar por sus propios medios y desentrañar la verdad de la mentira, o al menos del embuste torpe? Entonces ayudaría colaborar con la Wikipedia en español. Aquí hay un link con información al respecto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ayuda:C%C3%B3mo_puedo_colaborar

El segundo problema es que Wikipedia es demasiado académica para los más chicos. Quizá sea el momento de pensar en una Wikikids, Wikichicos, MiniWiki, una enciclopedia libre que inicie a los más pequeños en la posibilidad de adquirir conocimientos de esta forma dinámica, confortable y sencilla que los adultos no podíamos ni soñar, pero con menos texto y más imágenes.
No me refiero a los esfuerzos educativos que abundan y son loables, sino a una enciclopedia libre para chicos, una versión de la Wikipedia apta para los que empezaron hace poco a leer. Sin programa. Como un juego donde el tesoro que buscamos alcanzar es saber un poco más del mundo, de nuestra civilización, nuestra cultura u otras, del pasado, y hasta de los posibles futuros.
No es fácil y supone desafíos que la Wikipedia no conoce, para no exponer a los niños a conocimientos que podrían perturbarlos.

Pero si es verdad que los chicos están programados para aprender, si la curiosidad es natural en ellos, y ambas cuestiones parecen ser irrefutables, ¿no sería éste el juego más fascinante de todos?
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1044226&pid=&toi