Leí en el diario una gacetilla de prensa que anunciaba un taller de escritura.
Mandé un mail pidiendo información (no indicaban página web).
Me respondieron con el C.V. de la persona que coordinaba el taller, los días y horarios disponibles y los barrios donde funcionaban los grupos.
Respondí agradeciendo la info y agregué que ninguno de los horarios los tenía libres.
La periodista/coordinadora del taller de escritura me respondió con re-mala-onda, por mail, diciéndome si yo sólo había escrito para comparar precios.
No llegué a enterarme cuánto cobraba porque primero quería saber quién dictaba el curso, dónde era y cuándo, de modo que aunque fuera gratuito yo no podía ir.
Me quedé pensando qué horrible debe ser aprender a escribir bajo la mirada de una mujer así.
Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar
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