sábado, 25 de julio de 2009

EL EXITO Y LA ENVIDIA, por Fabio Lacolla


EL EXITO Y LA ENVIDIA

El éxito es solo la mitad bonito
cuando no hay nadie que nos envidie
Norman Mailler

La envidia es desear que el otro no disfrute lo que tiene, es la tristeza ante el bien ajeno, no poder soportar que al prójimo le vaya bien y ambicionar sus goces y posesiones.El anhelo del envidioso es tener aquella que considera inalcanzable para él, ya que considera que las cosas tiene un plus de valor cuando están en manos de otro y, por eso, sufre.Suele buscar aliados para ir en contra de ese otro que no merece la posesión de sus bienes o atributos.

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Lo que se envidia es la tenencia y no el ser; por lo tanto, la apariencia.Yo quiero lo que tiene el otro, pero no quiero ser el otro.El envidioso siempre quiere un fragmento, una parte; recorta del prójimo lo que considera bueno pero, obviamente, no envidia lo malo.
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Es difícil ocultar la envidia, se nota en la mirada, en la entonación de voz, en el silencio.Para el filófoso polaco Leszek Kolakowski, la emoción de la envidia posee dos vertientes y ambas son específicamente humanas.
Una de estas vertientes puede expresarse con las palabras: "Yo quiero tenerlo lo mismo que tiene aquel"; la otra, en cambio, con la frase: "Yo no quiero que aquél tenga más que yo".

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A diferencia del odio, que ya sea por ideología o por una simple evidencia está justificado y nadie se avergüenza de experimentarlo, la envidia trata de ocultarse.Si la envidia se percibe, no es porque el envidioso así lo quiera, sino porque lo que muestra o se descubre es muy a su pesar.
La envidia no daña al envidiado; en cambio, daña al propio envidioso.
No hay una envidia sana y otra enferma.El que rotula su envidia como sana es porque con ese rótulo supone un menor castigo divino por incurrir en un pecado capital.La envidia es más allá de los sujetos y por definición, pecaminosa.Quien admira lo hace sin la intención de desposeer al prójimo de algún atributo o logro cometido; en cambio, quien envidia encuentra en el fracaso el alimentos que sacia el hambre del envidioso.
El exito es la ocasión para despertar esa terrible sensación de carencia a la cual muchos envidiosos recurren, a mi gusto, porque les sobra el tiempo.


Fuente: El libro del éxito, de Fabio Lacolla (psicólogo)

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