viernes, 13 de abril de 2007

CARTA A PAPA QUE ESPERO NUNCA LEA

Autora: Vivian Lew

Estás muy viejo, papá, y yo sé que me cuidaste con todo el cariño del mundo cuando era chiquita. Y después me aguantaste en la adolescencia, y sufriste mis desilusiones y te alegraste con mis triunfos. Y siempre fuiste un buen papá.

Estás muy viejo, papá, y yo creo que debería hacer por vos lo mismo que vos hiciste por mí. Y me siento mal, horriblemente mal por no devolverte lo que me diste.

Tendría que traerte a vivir a casa, cuidarte todo el día, conversarte, no dejar que te asustes cuando la muerte se te insinúa. Tendría que darte de comer cuando lo que vos necesitás y cuando lo necesitás. Tendría que cambiarte los pañales, ya que estás incontinente, como estuve yo cuando era chiquita, y vos me bañabas y cambiabas. Tendría que sentarme a charlar con vos, horas, como lo hacías vos cuando yo era chica, y buscar el modo de alegrarte, entretenerte, matar esas largas horas de aburrimiento que supongo acercan a la muerte.

Y no lo hago. Te busco una vez por semana, los domingos, hago todo lo que puedo en ese día, te lo hago lo más lindo que se me ocurre, y te devuelvo a ese lugar, geriátrico, donde estás viviendo. Y me digo que ahí tenés médicos y enfermeras, y todos los cuidados que necesitás Pero yo sé, papá, que yo podría cuidarte mucho mejor. Pero no lo hago. Y me duele.

Elegí no vivir con vos, y no me siento buena. Elegí ir a trabajar un montón de horas, elegí atender a mis hijos y mi marido, elegí salir con amigos, elegí ir a pasear, vivir mi vida sabiendo que vos estás viviendo una vida bastante triste.

Y te aseguro que te quiero con toda mi alma. Pero si elegí no tenerte en casa tal vez porque no sólo te quiero a vos, con toda mi alma. Parece que también quiero a mis hijos, y a mi marido, y a mis amigos, y a mi alegría, y a mis rutinas y que todo esto tendría que dejarlo de lago si te invito a vivir a mi casa. Tendría que pelearme con todos esos que también quiero, y desatenderlos y desatenderme.

Y esto es muy especulativo, pero parece que mi amor da para dedicarte mis domingos, y no toda mi vida.Y pienso que no es justo, ni equitativo. Pienso que vos me dedicaste mucho más que los domingos. Y entonces pienso que vos me querés más de lo que yo te quiero, o estuviste dispuesto a dejar lado más de lo que yo estoy dispuesta.

Y busco tranquilizarme, no sentirme tan egoísta, tan desalmada Entonces recuerdo una frase de mi hijo Tacho. A veces me quejo de que yo hago algo y ellos no hacen por mí todo lo que espero. Muy tranquilo y apenado, me contestó: "Lo siento, mamá, pero es que los padres quieren más a sus hijos de lo que los hijos quieren a sus padres...y dejate de macanas y traeme un vaso de coca, que estoy viendo televisión".

Sí, papá, te quiero mucho, pero parece que también quiero mucho a mi vida, así como la estoy llevando. Y todos los domingos, cuando te deje solo en el geriátrico, no voy a tener más remedio que quedarme muy triste...hasta el día siguiente, en el que seguiré con mi vida.

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