Ella no quería esa noche ir a una fiesta de casamiento familiar.
Acababa de cortar un noviazgo y estaba triste.
Su madre la obligó a ir:
- ¡ No te vas a quedar sola en casa...! ...¡ Vamos todos...!
Ella decidió no estrenar el vestido blanco de seda y los zapatos de taco alto que se había comprado para la ocasión.
Iba a contragusto.
Se puso un vestido azul bordado, hecho por sus manos, pero no de fiesta y unas chatitas, de las que usaba para cualquier día. Iba sólo por orden de su madre, no pensando en verse bella.
Comenzó la fiesta y el baile y un hombre la sacó a bailar.
Aceptó de mala gana. Ni siquiera era pintón.
Apenas lo escuchó hablar se fascinó. No durmió esa noche pensando en que pronto volvería a verlo.
Nunca más pensó en su ex novio.
Dice mi madre que esa misma noche supo que estaba enamorada de mi padre.
Mirta Núñez
www.mirta-nunez.com.ar
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